ANAPEH ha realizado una nueva encuesta a la hostelería coincidiendo con la apertura del interior de los establecimientos y la relajación de las medidas que se aplican al sector. Más de cien empresas hosteleras han respondido la encuesta, aportando datos que indican que el 94,9% ha abierto con el 30% de aforo, que las ayudas son insuficientes y que no hay confianza en el futuro tras esta etapa de la pandemia. Además, muestra que el empleo ha sufrido mucho, con una bajada de empleados por establecimiento y con el 54,4 % de las empresas con personas trabajadoras todavía en ERTE.
ANAPEH continúa recabando datos que muestren la foto de la situación de la hostelería en diferentes momentos de la pandemia. La encuesta realizada ahora, ha sido respondida por 103 empresas, un número significativo que permite extrapolar los datos a todo el sector hostelero y que muestra la mala situación de un sector que ha sido duramente castigado desde que comenzaran las restricciones en marzo de 2020. La nueva situación, surgida tras la apertura de interiores y la ampliación de horarios a las 23:00 h. supone un pequeño alivio, pero no soluciona la crisis de la hostelería, que continúa sufriendo severas restricciones en horarios y aforos y mantiene unas condiciones imposibles para los bares de ocio nocturno y discotecas.
Los datos recogidos indican que antes de la pandemia las empresas asociadas a ANAPEH, con una media de cinco empleos por establecimiento; tras más de un año de restricciones, esa media ha bajado a dos empleos por local.
De las 103 empresas, el 45,6% ha podido sacar a sus trabajadores del ERTE, mientras que el 54,4% mantiene personas empleadas bajo esa figura, un reflejo de la realidad de las aperturas de los establecimientos: solo el 5,1% ha abierto con declaración responsable y medidor de CO2, mientras que el resto, un apabullante 94,9 % de los locales, ha abierto el interior al 30%.
Ante este panorama, las empresas siguen considerando que las ayudas decretadas por el Gobierno de Navarra son completamente insuficientes. De media la bajada de facturación en los negocios ha sido del 48%, alcanzando incluso en muchos negocios hasta el 70% y el 90-95% en casos excepcionales. Solo el gasto del alquiler o de la amortización en las empresas supone el 7,8% con respecto a la facturación del 2019. Pero este dato, en 2020 y con respecto a su facturación, el porcentaje pasa a ser del 10,85%, pudiendo alcanzar en algunos casos hasta el 36% de la facturación, lo que ha supuesto importantes pérdidas en el sector y un mayor endeudamiento que afecta al futuro de muchos negocios, familias y personas trabajadoras.
A la pregunta sobre “cómo ves el futuro” ninguna respuesta ha sido positiva. Las 103 encuestas respondidas hablan de incertidumbre, de endeudamiento… Respuestas que son todavía más negativas cuando se trata de locales que dependen del ocio nocturno, de la barra del bar o de las cenas.
ANAPEH también ha preguntado por el estado anímico de las personas que regentan establecimientos hosteleros, un tema que preocupa por la dureza de los tiempos que ha tocado vivir a los y las hosteleras y cuyas consecuencias están todavía por medir. “Bajos de ánimo”, “días muy malos”, “problemas de salud”, “sin ganas de salir de casa” son algunas de las respuestas; aunque también muchas respuestas indican que se ve un rayo de esperanza y que se va viendo la luz poco a poco.
En definitiva, la hostelería sigue en precario a la espera de que las medidas se relajen, vayan dejando abrir con aforos superiores –en la encuesta de marzo indicaban que con un aforo entre el 50 y el 70% las empresas empezarían a ser rentables- y se recuperen espacios como las barras, la noche, las copas, las cenas… a lo que se añade la petición de un mayor apoyo por parte de las Instituciones, para que esas mal llamadas ayudas, que ANAPEH quiere llamar indemnizaciones, lleguen a todas las empresas en cantidad suficiente.
Algunos ejemplos concretos
De entre todas las encuestas, extractamos algunas respuestas recibidas, como Donamariako Benta, restaurante situado en Donamaría. Para este establecimiento, cada cierre de interiores ha supuesto el cierre total. Señala además que las personas que trabajan en su establecimiento “lo han pasado muy mal, cobrando muy tarde los ERTE, les hemos ayudado en todo lo que hemos podido, la prestación de octubre no la recibieron hasta después de navidades y es también nuestra responsabilidad”. No se plantean ampliar contrataciones “la hostelería este verano no va a generar empleo, se tomarán otro tipo de decisiones, como reducir las horas de apertura”. El estado anímico es malo, debido a las prolongadas medidas de cierre y restricciones: “Nos hemos planteado muchas cosas durante este tiempo, nos pilla después de llevar 30 años trabajando, hemos vivido de fondos propios que son horas de nuestro trabajo, de mi hermana y mías, no sabemos estar sin trabajar, pero hay mucha gente que lo está pasando mucho peor que nosotras”. Con respecto a las ayudas lo tienen muy claro: “Si paras la hostelería también deberías frenar los pagos, la luz, el agua, los préstamos… a todo eso hemos tenido que seguir haciendo frente. Si te obligan a cerrar ayúdame, pero ayúdame de verdad”.
Para el bar cafetería El Vía de Abejeras las cosas tampoco han sido fáciles. Con un 30% de aforo han conseguido mantener los puestos de trabajo, cinco trabajadores y un autónomo. Comentan que el problema actual se plantea con la elección de horarios y aforos de terraza, “tengo que elegir entre mantener mi ampliación COVID de la terraza o renunciar a ella afectando al horario de la misma, el de las once de la noche o el de las doce de la noche, ya que no puedo a partir de las doce admitir más clientes. Pero si utilizo mi terraza, la concedida de siempre, me tengo que limitar al 50% puesto que tengo que cumplir unas distancias, por eso nos decidimos por cerrar a las once y mantener así el aforo a la hora del vermú”. En el Vía opinan que “los organismos oficiales nos exigen que cumplamos con todas nuestras obligaciones sociales y administrativas como si nada estuviera pasando, y creo yo que esto no es justo ni de recibo ya que no dan facilidades ni ayudas acorde a los problemas generados debido a la situación”.
Otro caso es el del Infernu Taberna, un bar de noche del Casco Antiguo de Pamplona. Han sufrido cierres totales alternados con aperturas de una pequeña terraza de mesas altas, con una capacidad máxima de catorce personas. A pesar de ello han mantenido a parte de su plantilla, aunque han dejado de contratar al personal de fin de semana. “Mantenemos el personal fijo para mantener el equipo de personas, no por necesidad ahora mismo, de hecho estamos prescindiendo de la herramienta del ERTE e intentando afrontar la situación con recursos propios, las prestaciones llegaban tarde y eran escasas y muchas de nuestras trabajadoras lo estaban pasando mal”. Han realizado una reforma para instalar ventilación forzada, porque, como aseguran “con un 30% de aforo ninguna empresa puede subsistir, es un cierre encubierto”; sin embargo, creen que seguirán trabajando mientras puedan hacer uso de la terraza: “el tema de interiores se complica, el público fiel sigue confiando pero el que no nos conoce tiene desconfianza y prefiere estar fuera”. Así, su visión a corto plazo es muy mala “la confianza la tenemos puesta en el fin de la pandemia”. Con respecto a las ayudas, las estiman “cortas, y no han llegado a tiempo y han cubierto los gastos de un mes, mes y medio, nada más”. De hecho, aseguran que “hay que centrarse en pedir que nos devuelvan todo lo que nos han quitado, muchos negocios van a cerrar, no se van a poder devolver los ICOs y hay que intentar que se puedan mantener los puestos de trabajo”.